Washington – El ciberataque a Estados Unidos revelado la semana pasada y que los medios de EE.UU. atribuyen a piratas informáticos chinos fue mayor de lo publicado en un primer momento y afectó información “sensible” de millones de empleados y proveedores del Gobierno estadounidense.
La Oficina de Gestión de Personal del Gobierno de EE.UU. (OPM), que fue la víctima del ataque, informó hoy que los “hackers” también habrían accedido a una base de datos que contiene “información sensible sobre controles de seguridad” de millones de empleados federales y contratistas gubernamentales.
“Podemos decir con muchas garantías que los sistemas de la agencia que contienen información sobre los controles de seguridad realizados a empleados pasados, presentes y futuros y a otros fueron ‘hackeados'”, indicó el portavoz de la OPM Samuel Schumach.
Schumach explicó que la OPM está tratando de determinar cuánta gente se vio afectada y, una vez se conozcan todas las víctimas, estas serán notificadas.
Aunque la OPM no quiso entrar en detalles de quiénes son las víctimas potenciales, medios de EE.UU. como The New York Times apuntaron que se trataría, entre otros, de agentes del FBI y de proveedores de servicios de Defensa.
El ataque contra el sistema informático de la Oficina de Gestión de Personal del Gobierno de EE.UU., ocurrido en diciembre pasado y detectado en mayo, podría ser el mayor robo de información estatal jamás intentado contra el país.
Aunque oficialmente todavía no se ha revelado quién estuvo detrás del ciberataque, son varios los medios de EE.UU., así como un congresista republicano, que aseguran que los autores fueron piratas informáticos chinos.
Según The Washington Post, China está construyendo “bases de datos masivas con la información personal de estadounidenses”, con el fin de “reclutar espías o lograr más información sobre un adversario”.
El Gobierno chino, por su parte, ha asegurado que no hay “pruebas científicas” que lo relacionen con ese ciberataque.